El atentado se ejecutó a plena luz del día, alrededor de las 2:50 p.m., utilizando dos vehículos tipo furgón.
Uno de ellos, cargado con cilindros bomba y granadas de mortero, detonó en la carrera 8 entre calles 52 y 54, una zona de alto flujo vehicular y comercial. La explosión causó la muerte de seis personas, entre ellas una mujer con cuatro meses de embarazo y un joven de 17 años, y dejó un saldo final de 78 heridos, incluyendo ocho menores de edad. La onda expansiva afectó a más de 150 viviendas, locales comerciales y vehículos.
Un segundo camión, también cargado con explosivos, fue hallado en el lugar sin detonar, lo que evitó una tragedia de mayores proporciones. El alcalde Alejandro Eder calificó el hecho como un “ataque narcoterrorista” y señaló que la intención era clara: “Uno no pone un camión bomba a las 2:50 de la tarde en una vía principal y congestionada de Cali si no es para matar”. El Gobierno Nacional, a través del presidente Gustavo Petro y el ministro de Defensa Pedro Sánchez, atribuyó la autoría a la estructura ‘Jaime Martínez’ de las disidencias del Estado Mayor Central (EMC), lideradas por alias ‘Iván Mordisco’. Según el presidente, el ataque fue una “reacción terrorista” y una retaliación por una reciente operación militar en el Cañón del Micay (Cauca), donde se incautó un importante arsenal a la columna ‘Carlos Patiño’, aliada de la ‘Jaime Martínez’.