Según los informes, la estructura criminal habría realizado seguimientos durante semanas a ambos líderes regionales.

Un funcionario de la investigación señaló que “los planes estaban listos para ser ejecutados, pero pudimos reaccionar a tiempo y protegerlos”. Tras conocerse la amenaza, se ordenó un refuerzo inmediato de sus esquemas de seguridad.

Ambos mandatarios confirmaron públicamente las amenazas.

El alcalde Eder afirmó que “estas amenazas se conocen desde hace semanas” y aseguró que no lo intimidan.

Por su parte, la gobernadora Toro agradeció la protección de la fuerza pública y reiteró que “la seguridad de los vallecaucanos es su prioridad”.

El hecho generó un amplio respaldo institucional; el Comité Intergremial y Empresarial del Valle del Cauca (CIEV) rechazó categóricamente las amenazas, calificándolas como un “grave atentado contra la democracia”.

De igual forma, la Asociación Colombiana de Ciudades Capitales declaró: “No vamos a ceder ante el terror”.