Tras el atentado del 21 de agosto, el alcalde Eder ha reiterado en diversas intervenciones su llamado al Ejecutivo.

“Vemos cómo se está deteriorando la seguridad por toda Colombia y vemos cómo estos terroristas nos quieren llevar al narcoterrorismo que habíamos superado en los años 80 ¡No lo podemos permitir!”, afirmó Eder, exigiendo que se priorice la seguridad de los colombianos. Sostuvo que, aunque las administraciones locales han aumentado en promedio un 30% sus presupuestos de seguridad, estos recursos no son suficientes para enfrentar amenazas de gran escala. “Necesitamos un respaldo decidido del Gobierno Nacional”, señaló, enfatizando que la lucha contra el crimen organizado exige apoyo en inteligencia, despliegue de pie de fuerza y judicialización. Esta visión es compartida por el sector privado; María Isabel Ulloa, directora de ProPacífico, advirtió que la inseguridad afecta a todo el suroccidente y requiere “un trabajo articulado” entre la Nación y las autoridades locales para ser efectivos. Eder fue contundente al solicitar la recuperación de la zona rural de Jamundí y el norte del Cauca, identificadas como el origen de las amenazas, afirmando: “Lo que se necesita es contundencia por parte del Gobierno Nacional para erradicar estos grupos”.