Tras ocho meses de investigación, las autoridades ejecutaron 16 allanamientos en diversas comunas, logrando desarticular una banda que generaba ganancias superiores a los 100 millones de pesos mensuales y tenía injerencia en 22 países. La red utilizaba un local de equipos de cómputo en el centro de la ciudad como fachada para un 'laboratorio criminal'. Allí, dos de sus cabecillas, alias 'Master' y 'Víctor', empleaban un software de origen extranjero para vulnerar los sistemas de seguridad de los celulares robados, alterar sus IMEI y evadir los reportes de bloqueo. El modus operandi en las calles era particular: cinco de las mujeres capturadas se hacían pasar por personal del sector salud, vistiendo uniformes médicos para no levantar sospechas mientras cometían hurtos bajo las modalidades de 'cosquilleo' y 'raponazo'. Contra la banda pesaban más de 300 denuncias, muchas de ellas de turistas. La estructura también contaba con receptadores y una pareja encargada de comercializar los dispositivos alterados en municipios del Cauca.

Los capturados enfrentan cargos por concierto para delinquir, hurto agravado, receptación y delitos informáticos.