En respuesta, la Alcaldía y la gerencia de Metrolínea han iniciado un plan de choque que comenzará en puntos críticos como las estaciones de Chorreras, San Mateo y Quebradaseca. Las intervenciones incluyen tareas de limpieza profunda, reparación de infraestructuras, pintura general, recuperación de la iluminación y adecuación del mobiliario urbano. Según el gerente de Metrolínea, Emiro José Castro Meza, esta primera fase es el preludio de un plan de renovación integral. Se ha convocado a la Sociedad Colombiana de Arquitectos y a estudiantes universitarios a un concurso de arquitectura para rediseñar las estaciones bajo criterios de sostenibilidad y urbanismo moderno.

Además, el programa busca la vinculación del sector privado para apadrinar estaciones y garantizar su mantenimiento a largo plazo. La campaña no solo persigue un fin estético, sino que su objetivo principal es recuperar la confianza de los ciudadanos en el sistema y fomentar el sentido de pertenencia, respondiendo a las constantes denuncias sobre la falta de vigilancia y el abandono en el centro de la ciudad.