Una manifestación convocada en Bucaramanga en solidaridad con la situación humanitaria en la Franja de Gaza terminó en disturbios y actos de vandalismo en el centro de la ciudad el martes 7 de octubre. Aunque la movilización comenzó de manera pacífica, los ánimos se caldearon al final de la tarde, lo que requirió la intervención de la fuerza pública. La jornada de protesta fue convocada por sindicatos y colectivos estudiantiles, con dos puntos de concentración: uno frente a la sede principal de la Universidad Industrial de Santander (UIS) y otro en el Parque de los Niños. La marcha, que contó con el respaldo del Sindicato de Educadores de Santander (SES) y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), recorrió la carrera 27 hasta la calle 36.
Durante el trayecto, algunos participantes pintaron grafitis en fachadas de locales comerciales y entidades públicas.
La tensión escaló cuando los manifestantes llegaron a la Alcaldía de Bucaramanga, donde un grupo de encapuchados vandalizó la fachada del edificio administrativo y derribó algunas de las vallas de protección. Según reportes, el altercado se intensificó después de que un manifestante fuera presuntamente agredido al intentar pegar un cartel.
La situación obligó a la intervención del grupo especial antidisturbios de la Policía Nacional y de gestores de convivencia de la alcaldía para controlar los desmanes y restablecer el orden. Las autoridades de tránsito habían recomendado a los conductores tomar rutas alternas para evitar la congestión generada por la movilización.
En resumenLa manifestación por Palestina en Bucaramanga, que buscaba ser una expresión pacífica de solidaridad, se vio empañada por actos de vandalismo que afectaron la infraestructura pública y privada. Los disturbios al final de la jornada evidencian la tensión que puede surgir en movilizaciones sociales y la necesidad de un equilibrio entre el derecho a la protesta y la preservación del orden público.