En cifras absolutas, esto se traduce en 607.000 personas ocupadas y 58.000 desocupadas.
Sin embargo, este avance en la ocupación general contrasta con el deterioro de la calidad del empleo. La tasa de informalidad laboral escaló al 45,5% de los ocupados, un aumento respecto al 44,7% de 2024.
Esto significa que actualmente hay 277.000 trabajadores informales en el área metropolitana, 12.000 más que en el año previo. Los sectores que más contribuyeron a este crecimiento de la informalidad fueron el de alojamiento y servicios de comidas, la industria manufacturera y el comercio. Otro dato alarmante es el comportamiento del desempleo juvenil (población de 15 a 28 años), que subió del 14,6% al 14,9%, ubicándose por encima del promedio nacional. El análisis sectorial muestra una dinámica mixta: mientras que el comercio y la reparación de vehículos perdieron 6.000 puestos de trabajo en un año y el sector de administración pública y salud perdió 14.000, la industria manufacturera mostró un notable crecimiento, generando 16.000 nuevos empleos en el último trimestre.