El futuro del relleno sanitario El Carrasco, cuya orden de cierre judicial data de hace catorce años, está en un punto crítico con la convocatoria a una audiencia pública el 2 de octubre. Autoridades metropolitanas y la Empresa Municipal de Aseo de Bucaramanga (Emab) deberán presentar un plan definitivo para cumplir la sentencia y transitar hacia un nuevo modelo de gestión de residuos. El Juzgado 15 Administrativo de Bucaramanga citó a los alcaldes del área metropolitana y al gerente de la Emab para evaluar el cumplimiento de la orden de cierre, emitida hace más de una década y postergada sistemáticamente mediante declaratorias de emergencia sanitaria. El Carrasco actualmente recibe cerca de 30.000 toneladas de residuos mensuales, lo que subraya la urgencia de encontrar una solución sostenible para la disposición final de basuras en la región. Veedurías ciudadanas y la comunidad han expresado su preocupación por las implicaciones ambientales y logísticas de continuar operando el relleno sin una alternativa clara.
Ante este panorama, la Emab ha propuesto una transformación radical del modelo actual.
Helbert Panqueva, gerente de la entidad, planteó la transición desde un relleno convencional hacia un parque tecnológico enfocado en la economía circular.
Este nuevo concepto buscaría reducir significativamente el volumen de residuos que llegan a disposición final mediante el aprovechamiento de materiales reciclables y orgánicos. La audiencia del 2 de octubre es decisiva, ya que se espera que el juzgado establezca un cronograma de trabajo con plazos definidos a corto, mediano y largo plazo para materializar el cierre de El Carrasco y asegurar que la nueva solución cumpla con toda la normativa ambiental vigente, poniendo fin a una crisis que se ha prolongado por más de 14 años.
En resumenTras catorce años de prórrogas, el cierre del relleno sanitario El Carrasco llega a un momento decisivo. Una audiencia judicial el 2 de octubre obligará a las autoridades metropolitanas a definir un cronograma para clausurar el sitio y adoptar una solución sostenible, que según la Emab, debería ser un parque tecnológico basado en la economía circular.