Aunque no encontraron dinero en efectivo, hurtaron un computador portátil avaluado en $14 millones y otros objetos. En otro hecho similar en el barrio La Floresta, delincuentes ingresaron al edificio Campanario, abordaron a dos residentes en el ascensor y los obligaron a entrar a su apartamento, donde también amordazaron a la empleada. El botín en este caso superó los $20 millones, incluyendo celulares de alta gama, una cadena de oro y dinero en efectivo. Carlos Andrés López, familiar de una de las víctimas, expresó su preocupación por la facilidad con la que actuaron los asaltantes: “Lo más preocupante es que entraron como si tuvieran autorización, tenían el control de acceso”.

Estos incidentes se suman a otros reportados en meses anteriores en Bucaramanga y Girón, donde los criminales utilizan estrategias como alquilar apartamentos para planificar los robos o aprovechar puntos ciegos en los sistemas de vigilancia. La Policía Metropolitana de Bucaramanga, a través del Grupo Contra Atracos de la Sijín, ha iniciado las investigaciones, recolectando huellas dactilares y analizando videos de cámaras de seguridad para identificar y capturar a los responsables.