Los vehículos, tipo padrón con capacidad para 80 pasajeros, operarán con gas, contarán con accesibilidad para personas con movilidad reducida, Wi-Fi y videovigilancia.
Inicialmente, cubrirán la ruta pretroncal desde el norte de la ciudad hasta la estación de Provenza. La decisión de arrendar en lugar de comprar se justificó por la urgencia de reanudar el servicio, ya que la adquisición de una flota nueva tardaría entre 12 y 14 meses.
Sin embargo, el proceso ha generado polémica debido a que se realizó mediante contratación directa, sin una licitación pública.
El director del Área Metropolitana de Bucaramanga, John Manuel Delgado Nivia, defendió la legalidad del proceso, explicando que Metrolínea, al ser una Empresa Industrial y Comercial del Estado, está sujeta al derecho privado y a su manual interno de contratación.
Esta reactivación se da en un contexto crítico para el sistema, con deudas que superan los 600.000 millones de pesos y una infraestructura deteriorada. Paralelamente, el excongresista Fredy Anaya ha propuesto una reconversión total del sistema hacia un modelo férreo eléctrico, similar al de Barcelona, aprovechando los corredores existentes.