La decisión de la Sección Quinta del Consejo de Estado se fundamentó en la comprobación de doble militancia, ya que Beltrán apoyó a candidatos al Concejo de partidos diferentes a la coalición que avaló su candidatura (Colombia Justa Libres, Salvación Nacional y el Partido de la U). La notificación oficial llegó a la Gobernación el 25 de septiembre, momento en el cual se hizo efectiva la vacancia del cargo y se procedió con el nombramiento del reemplazo. El gobernador Díaz Mateus justificó la elección de Sánchez Ariza, quien se desempeñaba como jefe de la Oficina para la Gestión del Riesgo de Desastres de Santander, por su capacidad para “garantizar estabilidad en la administración” y “trabajar 24/7 por los ciudadanos”. Por su parte, Beltrán, quien se había posicionado como el “Bukele santandereano”, calificó el fallo como una vulneración al debido proceso e interpuso recursos legales como una tutela ante la Sala Plena del Consejo de Estado, aunque estos no suspenden los efectos de la nulidad. La transición de poder se formalizó con la toma de juramento de Sánchez Ariza, quien asumió la responsabilidad de garantizar la continuidad administrativa mientras la ciudad se prepara para un nuevo proceso electoral. Este hecho marca un precedente en la política local, siendo la primera vez que un alcalde de Bucaramanga es apartado de su cargo por una sentencia judicial en pleno mandato.