El Anillo Vial Externo Metropolitano, uno de los proyectos de infraestructura más importantes para Bucaramanga, muestra avances en los trámites administrativos, pero enfrenta serias críticas por el lento progreso de las obras y fallas en su planificación inicial. La obra, que contempla la construcción de 28 kilómetros de vía para conectar Girón y Piedecuesta, fue contratada en mayo de 2023. Según la Secretaría de Infraestructura, liderada por Jesica Juliana Mendoza, la administración actual recibió el proyecto con vacíos significativos, como la falta de un plan arqueológico aprobado y de una licencia ambiental. Hoy, ya se cuenta con el aval del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) y la solicitud de licencia ambiental fue radicada ante la CDMB. Además, se han ofertado 102 avalúos para la gestión predial.
Si el cronograma se cumple, las obras podrían arrancar en 2026.
Sin embargo, una visión más crítica señala que, a más de un año de iniciado el contrato, solo se han pavimentado cerca de 3 de los 28 kilómetros proyectados. La falta de la licencia ambiental sigue siendo un obstáculo fundamental, y se reporta un déficit en el recaudo de la sobretasa al ACPM, una de sus fuentes de financiación. Las críticas apuntan a que el proyecto se licitó sin tener un diseño completo en fase III, lo que incrementa los riesgos y la incertidumbre sobre los costos y las obras reales, afectando a empresarios, transportadores y a la ciudadanía en general que soporta la congestión vehicular.
En resumenEl Anillo Vial Externo se encuentra en una encrucijada: mientras el gobierno departamental destaca el saneamiento de trámites clave, la ejecución en terreno es mínima. El futuro de esta obra vital para la movilidad metropolitana depende de la pronta obtención de la licencia ambiental y de una gestión eficiente que supere las fallas de planificación iniciales.