El sistema de transporte masivo de Bucaramanga, Metrolínea, iniciará una reactivación parcial en octubre mediante un convenio para el arrendamiento de doce buses, una medida que busca ofrecer una solución temporal a la crisis de movilidad pero que ha generado cuestionamientos por su contratación. El acuerdo fue firmado con la empresa antioqueña Transportes Medellín Castilla S.A. y contempla la llegada de doce buses padrones duales a gas. Los primeros seis vehículos arribarán durante la primera semana de octubre para cubrir inicialmente la ruta pretroncal desde el norte de la ciudad hasta la estación de Provenza. Según las autoridades, se optó por el arrendamiento para evitar una espera de 12 a 14 meses que implicaría la compra de buses nuevos.
Los vehículos, con capacidad para 80 pasajeros, están equipados con rampa para personas con movilidad reducida, conexión Wi-Fi y sistemas de videovigilancia.
Sin embargo, el proceso ha sido objeto de polémica, ya que el contrato, por un valor de $2.548 millones, se suscribió de manera directa, sin una licitación pública. John Manuel Delgado Nivia, director del Área Metropolitana de Bucaramanga (AMB), defendió la decisión argumentando que Metrolínea, al ser una Empresa Industrial y Comercial del Estado, está sujeta al derecho privado y a su manual interno de contratación, y que se actuó con celeridad para atender la emergencia. Esta medida se implementa en un contexto crítico para el sistema, que enfrenta deudas superiores a los $600.000 millones y tiene gran parte de su infraestructura vandalizada.
En resumenEl alquiler de buses a gas ofrece un respiro temporal para los usuarios de Metrolínea, pero la contratación directa genera dudas sobre la transparencia del proceso. Esta acción es un primer paso en el largo camino para reestructurar el transporte masivo de Bucaramanga, mientras la ciudad espera soluciones definitivas y sostenibles.