Santander, con Bucaramanga como su centro neurálgico, se perfila como un escenario político clave y de alta tensión de cara a las elecciones legislativas y presidenciales de 2026. La región es testigo de fracturas internas en partidos tradicionales, debates públicos con actores nacionales y la presentación de propuestas estratégicas para el departamento. Una de las mayores controversias se vive en el Partido Liberal, donde la decisión de la dirección nacional de otorgar un posible aval al exgobernador Richard Aguilar para el Senado ha provocado un "fuerte sismo" en las bases locales. Dirigentes como el diputado Francisco González han manifestado su descontento, cuestionando el aporte de Aguilar al partido y anunciando una carta de reclamo a Bogotá.
Este conflicto interno evidencia las tensiones entre las directivas nacionales y las realidades políticas regionales.
Al mismo tiempo, la ciudad se convierte en un foro de debate nacional. El medio de comunicación Corrillos ha organizado foros en Bucaramanga para discutir temas cruciales como la seguridad ciudadana y el rumbo del país, con la participación de aspirantes al Congreso y precandidatos presidenciales. Esta iniciativa posiciona a la ciudad como un espacio de reflexión política de alcance nacional. Además, la región atrae la atención directa de los precandidatos, como Juan Manuel Galán, quien visitó Bucaramanga para presentar su visión de convertir a Santander en el "epicentro minero-energético del país", proponiendo reactivar los pilotos de fracking y fortalecer a Ecopetrol.
Este conjunto de eventos demuestra que Santander no es un actor pasivo, sino un territorio con dinámicas propias que influyen y son influenciadas por la agenda política nacional.
En resumenEntre conflictos partidistas internos, la organización de debates de alto nivel y las visitas de precandidatos presidenciales, Santander se consolida como un termómetro político fundamental en el camino hacia las elecciones de 2026.