La mañana del 31 de agosto, habitantes de Piedecuesta reportaron la presencia de una bandera del ELN en la subestación de energía de Guatiguará. Aunque el emblema fue retirado sin que se registraran incidentes, su aparición generó preocupación y motivó el despliegue de patrullajes del Ejército y la Policía en la zona. Este hecho se sumó al homicidio de Arley Yaruro Díaz, alias Mario, en zona rural de Charalá, cuyo cuerpo fue hallado con signos de tortura. El ELN se atribuyó el crimen en un video, acusando a la víctima de hacerse pasar por miembros del grupo para extorsionar. Tras un consejo extraordinario de seguridad, el gobernador Juvenal Díaz anunció el plan de reforzamiento. El secretario del Interior, Óscar Hernández, fue enfático al afirmar: “Rechazamos todo intento de estas estructuras armadas de asentarse en la región”. Las acciones buscan contener el accionar de grupos insurgentes y enviar un mensaje de control institucional en el sur del departamento y las zonas aledañas a la capital.