Uno de los puntos más críticos fue el peaje cercano al Aeropuerto Internacional Palonegro, que quedó completamente anegado, forzando restricciones viales y la intervención de equipos de tránsito para establecer desvíos. Además de las afectaciones a la movilidad, se reportó la caída de árboles y daños en el comercio de la Central de Abastos. Ante la emergencia, la Oficina para la Gestión del Riesgo de Desastres (OGRD) activó su Sala de Crisis para mantener un monitoreo permanente de las cuencas hídricas y puntos vulnerables. El jefe de la OGRD, Eduard Jesús Sánchez Ariza, emitió una serie de recomendaciones a la ciudadanía, instando a conducir con precaución, no arrojar residuos a las alcantarillas y atender los reportes oficiales, ya que se advirtió sobre la continuidad de las precipitaciones. Afortunadamente, hasta el cierre de las ediciones no se reportaron víctimas fatales, mientras los organismos locales continuaban con la evaluación de daños y la atención a las comunidades afectadas.