El evento consolidó a la ciudad como un destino atractivo para el turismo deportivo a gran escala, demostrando su capacidad para albergar eventos de talla internacional. La carrera, liderada por el ciclista Rigoberto Urán, atrajo a más de 8.000 ciclistas de 28 países y a unos 22.500 visitantes en total. El gasto promedio por visitante se calculó en 2,7 millones de pesos, lo que dinamizó sectores clave como la hotelería, la gastronomía, el transporte y el comercio. Varios establecimientos reportaron incrementos en sus ventas de hasta un 40% durante el fin de semana del evento. El impacto no fue solo económico, sino también digital: el Giro de Rigo alcanzó a 49,6 millones de usuarios en redes sociales, con más de 62.000 menciones, generando una visibilidad comparable a la del Carnaval de Barranquilla.
El alcalde Alejandro Char calificó la jornada como un “éxito rotundo” que impulsa a la ciudad “a otro nivel”. Adicionalmente, el evento tuvo un componente de sostenibilidad, pues un equipo de recicladores de oficio recuperó casi una tonelada de materiales aprovechables, como botellas PET y aluminio, reforzando la economía circular y dignificando su labor. Este balance integral evidencia cómo el deporte-turismo puede funcionar como un potente motor de reactivación económica y promoción de marca ciudad.








