La consulta interna del Pacto Histórico en el Atlántico se desarrolló en un ambiente de alta participación y tensiones, con un masivo despliegue de seguridad y múltiples denuncias sobre irregularidades, desde presunta compra de votos hasta el traslado de mesas que dificultaron el ejercicio democrático. Para garantizar la seguridad de la jornada, las autoridades desplegaron 2.800 uniformados de la Policía y el Ejército en los 22 municipios y en Barranquilla, donde se instaló un Puesto de Mando Unificado (PMU) para vigilar las 737 mesas habilitadas.
A pesar del dispositivo, surgieron varias denuncias.
El precandidato Manuel De la Hoz denunció el traslado irregular de ocho mesas de votación desde zonas rurales hacia cabeceras municipales, calificándolo de “saboteo al proceso democrático”. En Puerto Colombia, municipio descrito como el “fortín del clan Torres”, el medio La Silla Vacía documentó la operación de maquinaria política tradicional, con “comandos” cercanos a los puestos de votación y la presunta compra de votos por 20.000 pesos a favor de los candidatos Pedro Flórez y Jaime Santamaría. En otros municipios como Sabanalarga y Usiacurí, los votantes enfrentaron largas filas y demoras debido a la falta de mesas o material electoral. A pesar de las controversias, la jornada arrojó resultados significativos, con el senador Pedro Flórez consolidando su liderazgo al obtener más de 185.000 votos, la cifra más alta para la coalición en el departamento.
En resumenLa consulta del Pacto Histórico en el Atlántico reflejó una movilización ciudadana importante, pero también expuso las persistentes prácticas de la política tradicional y desafíos logísticos. Las denuncias de irregularidades ensombrecieron un proceso que, si bien definió liderazgos clave, dejó interrogantes sobre la transparencia y equidad de la contienda.