Sin embargo, el proceso estuvo marcado por una notable abstención y denuncias sobre presuntas irregularidades como la trashumancia electoral.
Para garantizar el orden público, las autoridades desplegaron más de 2.000 uniformados en todo el departamento.
El general Edwin Masleider Urrego Pedraza, comandante de la Policía Metropolitana, afirmó que la prioridad era asegurar que los jóvenes ejercieran su derecho al voto en un ambiente seguro. A pesar de la tranquilidad reportada por la Policía, la participación fue significativamente baja.
En el Atlántico, de 641.550 jóvenes habilitados, solo votaron 94.217, lo que equivale a un 14.68%. La cifra en Barranquilla fue aún más preocupante, con una participación de apenas el 9.5%, es decir, 35.000 de los jóvenes habilitados. Paralelamente, surgieron denuncias anónimas sobre presunta trashumancia, con reportes sobre el transporte de votantes entre localidades y el ofrecimiento de incentivos a cambio de votos. Pese a la baja afluencia, el gobernador Eduardo Verano destacó que la participación en el departamento aumentó aproximadamente un 5% en comparación con las elecciones de 2021, considerándolo un avance en la pedagogía democrática.













