La jornada en Barranquilla también registró denuncias anónimas por presunta trashumancia electoral.

Para garantizar la seguridad del proceso, se desplegó un amplio operativo policial.

Más de 2.000 uniformados custodiaron los 300 puestos de votación en el departamento, de los cuales 1.900 estuvieron asignados al Área Metropolitana de Barranquilla. El comandante de la Policía Metropolitana, General Edwin Urrego Pedraza, afirmó que la prioridad era “garantizar que los jóvenes puedan ejercer su derecho al voto en un ambiente seguro”. A pesar de la abstención, el ejercicio democrático se completó con normalidad.