Según el gobernador Eduardo Verano, “los pescadores son la esencia del programa”, ya que han formalizado una pesca que antes era desordenada. El programa no se limita a la siembra de más de 38 millones de alevinos de especies nativas en cuerpos de agua estratégicos, sino que promueve el cuidado del agua, el reemplazo de artes de pesca inadecuadas, la limpieza de puertos y el fortalecimiento de las asociaciones pesqueras. El director de la CRA, Jesús León Insignares, atribuye el éxito a la articulación: “Este proyecto es un testimonio vivo de lo que ocurre cuando el Estado, la ciencia y las comunidades se unen”. La FAO destacó que el plan encarna el principio de la “transformación azul”, al integrar restauración ambiental, inclusión social y desarrollo económico.

Arcadio Pérez, líder de pescadores, testificó el cambio: “Antes salíamos a pescar y regresábamos con las manos vacías.

Hoy tenemos ingresos estables, control ambiental y orgullo por nuestro oficio”.