Esta iniciativa busca consolidar la reciente tregua pactada entre los grupos y construir un proceso de paz urbana "irreversible" en Barranquilla y su área metropolitana. El encuentro entre Patiño y Verano marca un paso fundamental en la estrategia de paz del Gobierno Nacional en la región, tras el acuerdo de cese de hostilidades firmado por los líderes de las dos principales bandas criminales, que se extenderá hasta el 30 de enero de 2026. El objetivo, según Patiño, es avanzar "en unas situaciones irreversibles donde indudablemente los ilegales hayan retrocedido hasta tal punto donde la institucionalidad empiece a ocupar los espacios que hoy tienen los actores ilegales".

Por su parte, el gobernador Verano expresó su apoyo al diálogo, pero con cautela, reconociendo las limitaciones del gobierno local.

“Nosotros solos no podríamos sentarnos en la mesa porque si nos piden que hay indulto, no podríamos manejarlo porque no está en nuestra potestad”, afirmó, subrayando la necesidad de garantías y fortaleza institucional del nivel nacional.

Verano también enfatizó que, mientras avanzan las conversaciones, se continuará fortaleciendo a la Fuerza Pública para combatir la criminalidad. Los diálogos buscan ajustarse a los parámetros nacionales, pero incorporando las "particularidades locales" para que el proceso sea efectivo y responda a la realidad del territorio, donde estos grupos son responsables de cerca del 80% de las extorsiones y homicidios.