El fenómeno climático dejó a su paso viviendas destechadas, árboles caídos y afectaciones en infraestructuras residenciales y educativas, generando pánico en varias comunidades. En Barranquilla, uno de los sectores más afectados fue la urbanización Puerta Dorada, en el suroccidente, donde las ráfagas de viento dañaron el techo de la zona de piscina de un conjunto residencial, rompieron vidrios y afectaron el cerramiento perimetral. En la localidad Metropolitana, barrios como Carrizal, Siete de Abril y Ciudadela 20 de Julio también reportaron fuertes precipitaciones.

Las emergencias se extendieron a los municipios vecinos. En Soledad, se registraron daños en viviendas de los barrios Los Almendros y Villa Sevilla Real.

En Malambo, la Institución Educativa Juan XXIII sufrió serias afectaciones: parte del techo colapsó cerca de un aula y un árbol cayó sobre la estructura, lo que motivó una intervención de la Oficina de Gestión del Riesgo.

En Sabanagrande, en el barrio El Tiburón, una casa resultó destechada, causando significativas pérdidas materiales para la familia afectada.

Afortunadamente, no se reportaron personas heridas en ninguno de los incidentes.

Las autoridades locales iniciaron la evaluación de los daños para coordinar la ayuda necesaria.

Aunque el Ideam no había emitido alertas por vientos fuertes, se informó que una onda tropical avanzando por el Golfo de Urabá podría ocasionar nuevas lluvias, por lo que se hizo un llamado a la comunidad a extremar precauciones.