La ciudad de Barranquilla y su área metropolitana enfrentan una alarmante escalada de violencia homicida, una realidad que contrasta directamente con los anuncios de paz y sometimiento a la justicia por parte de los líderes de las principales bandas criminales. Las cifras oficiales revelan una situación crítica que pone en duda la efectividad de las actuales estrategias de seguridad y negociación. Según los reportes, el mes de agosto cerró con 91 muertes violentas en el departamento del Atlántico, de las cuales más de la mitad ocurrieron en Barranquilla, que ya acumula 336 casos en lo que va de 2025. Un análisis más detallado muestra que solo entre el 10 de julio y el 30 de agosto se registraron 121 asesinatos, la mayoría de ellos vinculados a enfrentamientos por el control de territorios y rentas ilícitas. Esta ola de violencia persiste a pesar de que los cabecillas de organizaciones como ‘Los Costeños’ y ‘Los Pepes’ han manifestado públicamente su disposición a participar en procesos de paz. Esta dicotomía sugiere varias posibilidades: una falta de control de los líderes sobre sus propias estructuras, disputas internas por el poder, o que los diálogos son utilizados como una estrategia para ganar tiempo mientras continúan sus actividades criminales.
El experto en seguridad Arturo García ha alertado sobre este preocupante aumento y las modalidades de crímenes que más afectan a la capital del Atlántico. La situación actual representa un desafío mayúsculo para las autoridades, que deben combatir la violencia en las calles mientras exploran vías de diálogo, un equilibrio difícil de alcanzar cuando los hechos contradicen las palabras.
En resumenEl incremento de homicidios en Barranquilla evidencia una profunda crisis de seguridad que no ha sido contenida por los acercamientos de paz. La persistencia de la violencia, atribuida a luchas territoriales, demuestra que la pacificación de la ciudad requiere más que declaraciones de intención y exige acciones contundentes que desarticulen las economías criminales y protejan a la ciudadanía.