El evento registró cifras récord de ventas y asistencia, reafirmando el posicionamiento de la ciudad como epicentro de grandes eventos. Bajo el lema “La cocina es VIDA”, la feria, que llegó a su "mayoría de edad", atrajo a más de 22.000 visitantes al Centro de Eventos Puerta de Oro. Según cifras de Fenalco, se lograron ventas por $2.400 millones, lo que representa un incremento del 47,45% en comparación con la edición anterior.
El evento reunió a 165 expositores, incluyendo cocineros tradicionales, emprendedores y chefs de talla internacional de países como Argentina, Ecuador, Perú y Japón.
Patricia Maestre de Celia, directora de Sabor Barranquilla, afirmó que la feria tiene "una voz fuerte para defender nuestra cultura y nuestra sociedad desde las cocinas del Caribe". Un aspecto destacado fue el impacto positivo en los microempresarios, que constituyeron más del 30% de los participantes y encontraron en el evento una vitrina para crecer y acceder a nuevos mercados.
La programación incluyó un foro académico sobre gastronomía y sostenibilidad, así como demostraciones de cocina que fusionaron la tradición local con técnicas internacionales, como la clase magistral del chef japonés Hajime Kasuga, quien declaró sentirse barranquillero.