Entre las posibles causas se mencionaron interrupciones en el servicio por más de nueve días y daños por vandalismo en acometidas.

Como respuesta, la Secretaría de Salud departamental acompañó al municipio, realizó jornadas de educación comunitaria y entregó tabletas potabilizadoras. Tras la implementación de un plan de acción, que incluyó mantenimientos en la planta de tratamiento, un nuevo muestreo realizado el 13 de agosto en cinco puntos de la red de distribución arrojó un IRCA de 0.00%, clasificando el agua como "SIN RIESGO". Para garantizar la calidad a largo plazo, se programó una sesión del Consejo Territorial de Salud Ambiental (COTSA) para hacer seguimiento a las acciones del prestador.