El atraco se ejecutó con una planificación meticulosa: dos hombres y una mujer ingresaron al establecimiento haciéndose pasar por clientes, y tras solicitar ver varias piezas, procedieron a intimidar al personal para cometer el hurto.
Este evento interrumpió la tranquilidad de una de las zonas comerciales más prestigiosas de Barranquilla, generando conmoción y una fuerte demanda de acciones por parte de las autoridades. La respuesta de la Policía Metropolitana fue contundente, logrando en poco tiempo la captura de seis personas presuntamente involucradas en la operación.
Según los informes, los detenidos no son delincuentes primerizos; acumulan diversas anotaciones judiciales por delitos como hurto, porte ilegal de armas, falsedad en documento y violencia intrafamiliar. La vinculación de este hecho con la banda 'Los Costeños' sugiere que no se trata de un acto aislado, sino de una operación de una estructura criminal organizada con capacidad para ejecutar golpes sofisticados en cualquier punto de la ciudad. Este suceso, junto a la ola de extorsiones, refuerza la percepción de un desafío de seguridad complejo y multifacético en Barranquilla.