El atraco fue ejecutado con precisión cinematográfica: dos hombres y una mujer ingresaron al establecimiento haciéndose pasar por clientes, y tras solicitar ver varias piezas, procedieron a cometer el millonario hurto.
Lo que inició como una tarde de compras tranquila se transformó en un escenario de crimen de alto impacto, generando alarma sobre la vulnerabilidad de áreas comerciales exclusivas en la ciudad. Sin embargo, la respuesta de las autoridades fue contundente. Poco después, se anunció la captura de seis individuos presuntamente vinculados al robo, quienes al parecer formarían parte de la banda criminal 'Los costeños'.
La investigación reveló que los implicados no eran delincuentes primerizos; contaban con diversas anotaciones judiciales por delitos como hurto, porte ilegal de armas, falsedad en documento y violencia intrafamiliar.
Esta información sugiere que se trata de una estructura criminal organizada y con experiencia, capaz de planificar y ejecutar golpes sofisticados. El éxito en la desarticulación de esta célula delictiva no solo permite avanzar en el esclarecimiento de este caso particular, sino que también representa un golpe a las operaciones de 'Los costeños' en la ciudad, enviando un mensaje sobre la capacidad de reacción de la fuerza pública frente a la delincuencia organizada.