Este revés electoral es significativo, ya que ocurre apenas siete meses después de que Noboa ganara cómodamente su reelección y se interpreta como un rechazo a su plan político y constitucional.
El presidente había justificado las propuestas, especialmente la de las bases extranjeras, como una herramienta necesaria para endurecer su lucha contra el crimen organizado, un problema creciente en el país.
Sin embargo, la oposición y diversos sectores sociales advirtieron sobre los riesgos para la soberanía nacional y la institucionalidad.
Como consecuencia inmediata de la derrota, Noboa destituyó a seis ministros de su gabinete, en un intento por recalibrar su gobierno. La decisión de los ecuatorianos de rechazar la instalación de bases militares estadounidenses también tiene implicaciones geopolíticas, pues representa un freno a la influencia de Washington en un país que se había convertido en un aliado clave en la región. El resultado abre un escenario de incertidumbre sobre la capacidad de Noboa para implementar su agenda de seguridad y reformas en el futuro.













