Informes indican que Israel ha matado a más de 30 palestinos en 24 horas y que más de 312 gazatíes han sido asesinados desde que comenzó el alto el fuego el 10 de octubre. La situación humanitaria es catastrófica, con el inicio del invierno y las lluvias agravando las condiciones de los desplazados. Organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch han acusado a Israel de cometer crímenes de guerra, citando la expulsión forzada de 32.000 palestinos en Cisjordania y la demolición de cientos de viviendas. Además, una organización palestina alerta que más de 90 menores se encuentran presos sin cargos en Israel, y se denuncian desapariciones forzadas en Gaza.