Este veredicto sin precedentes ha sacudido los cimientos políticos del país asiático y ha generado reacciones encontradas.
Hasina fue declarada culpable por su responsabilidad en la violenta represión de las protestas estudiantiles de 2024, que dejaron un saldo de 1.400 muertos y provocaron su salida del poder tras 15 años de mandato.
Actualmente, se encuentra exiliada en India y ha calificado la condena como una persecución con 'motivaciones políticas'.
Mientras algunos familiares de las víctimas celebraron la decisión judicial, el país sigue sumido en la inestabilidad. El gobierno interino de Mohammad Yunus enfrenta sus propios desafíos, con decenas de manifestaciones y detenciones registradas en un corto período. Bangladesh se prepara para celebrar elecciones en febrero con el objetivo de modificar la Constitución, en un intento por encontrar una salida a la crisis. La situación de Hasina, quien espera que India no permita su extradición, y la inestabilidad interna mantienen al país en un estado de alta tensión política.













