Estas afirmaciones han sido recibidas con preocupación y representan un desafío a la soberanía mexicana.
Trump ha manifestado públicamente su descontento con la situación de seguridad en el país vecino, declarando: 'I am not happy with Mexico' ('No estoy contento con México').
En varias ocasiones, ha asegurado que no tendría 'ningún problema' en ordenar operaciones militares contra los capos del narcotráfico, justificando la medida al señalar que 'están matando a nuestra gente'. Estas amenazas no son un hecho aislado, sino que se enmarcan en una política exterior más amplia y agresiva para la región, a la que se ha denominado la 'doctrina Donroe', que reclama una esfera de influencia especial de Estados Unidos en el hemisferio occidental. La retórica belicista se combina con el despliegue militar estadounidense en el Caribe y el Pacífico, creando un ambiente de presión sobre varios países de América Latina. Aunque no se han materializado, las amenazas de intervención directa en México constituyen un punto de fricción diplomática de primer orden.













