La península de Corea vuelve a ser un foco de tensión nuclear, con Corea del Norte acusando a Corea del Sur y a Estados Unidos de iniciar una carrera armamentista en la región. Las acusaciones de Pyongyang surgen en respuesta a nuevos acuerdos de cooperación militar entre Seúl y Washington. Corea del Norte ha denunciado que el alivio parcial de las restricciones al enriquecimiento de uranio para Corea del Sur, apoyado por la administración Trump, abrirá la puerta a una escalada nuclear.
Pyongyang advirtió que esta medida 'desatará un efecto dominó nuclear' en la región, interpretándola como un acto hostil.
Por su parte, Washington y Seúl han defendido su cooperación, afirmando que los acuerdos sobre submarinos nucleares y el enriquecimiento de uranio tienen 'fines no armamentísticos'. La reunión entre el presidente surcoreano Lee Jae-myung y Donald Trump formalizó estos pactos, que buscan fortalecer la capacidad de defensa de Corea del Sur frente a las amenazas de su vecino del norte. Este cruce de declaraciones y acuerdos militares ha reavivado la desconfianza y la retórica beligerante, en un contexto geopolítico ya de por sí frágil, aumentando el riesgo de una nueva crisis de seguridad en el este asiático.
En resumenNuevos acuerdos de cooperación nuclear entre Estados Unidos y Corea del Sur han sido calificados por Corea del Norte como una provocación que podría desencadenar una carrera armamentista. Esta situación ha elevado la tensión en la península, reavivando el espectro de la proliferación nuclear en la región.