La agenda de la reunión está marcada por tres temas principales: defensa, inteligencia artificial y cooperación nuclear. Uno de los puntos más destacados es la probable venta de cazas F-35 estadounidenses a Arabia Saudita, considerados de los más avanzados del mundo. Además, se discuten nuevos acuerdos de seguridad y un pacto de cooperación para el desarrollo de energía nuclear con fines no armamentísticos en el reino. Esta visita simboliza un esfuerzo por parte de ambas administraciones para superar las tensiones generadas tras el caso Khashoggi, que fracturó la relación bilateral. A pesar de las persistentes denuncias de violaciones a los derechos humanos por parte del régimen saudí, la administración Trump parece dispuesta a priorizar los intereses geopolíticos y económicos, consolidando a Riad como un pilar fundamental de su política en Medio Oriente. La formalización de estos acuerdos reforzaría la capacidad militar saudí y profundizaría la interdependencia tecnológica y de seguridad entre los dos países.