En respuesta, Venezuela ha elevado su alerta militar, ordenando un despliegue 'masivo' de sus fuerzas y activando una nueva fase de su 'Plan Independencia 200' para enfrentar lo que califica como 'amenazas imperiales'. Maduro ha advertido que una intervención militar significaría 'el fin político' de Donald Trump.

Sin embargo, en medio de esta escalada, ambos líderes han manifestado su disposición a conversar.

Trump declaró que no descarta hablar 'en algún momento' con Maduro, quien a su vez respondió estar listo para un diálogo 'cara a cara' para resolver las diferencias por la vía diplomática. Esta compleja dinámica, que combina una retórica beligerante y un despliegue militar sin precedentes con la posibilidad de un acercamiento diplomático, mantiene a la región en vilo.