En paralelo, la administración Trump continúa su campaña de sanciones. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) impuso recientemente sanciones contra varias personas y empresas, incluida la compañía KIPAS, con sede en Irán, por su presunta colaboración con la Guardia Revolucionaria en el desarrollo de su programa de vehículos aéreos no tripulados (drones). Irán, por su parte, ha respondido a la presión con demostraciones de capacidad en otros frentes.

Las autoridades iraníes afirmaron haber desmantelado una red de espionaje que, según Teherán, estaba dirigida por Estados Unidos e Israel. Además, Estados Unidos ha acusado a Irán de orquestar un plan para asesinar a la embajadora de Israel en México, Einat Kranz Neiger, una acusación que añade otra capa de complejidad a las ya tensas relaciones.

Israel agradeció a las autoridades mexicanas por haber frustrado el supuesto complot.