En un gesto de compromiso con sus nuevos aliados, Siria lanzó una macrooperación policial contra células del Estado Islámico en varias provincias justo antes de la visita a Washington. Analistas consideran que esta visita podría sellar la “normalización definitiva” de la figura de al-Sharaa en el escenario global y dar legitimidad a su gobierno, redefiniendo las alianzas y los equilibrios de poder en la región.