La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación. La ONU ha pedido el fin inmediato del flujo de armamento hacia el país y ha exigido medidas para garantizar la rendición de cuentas de los responsables. Los ministros de Asuntos Exteriores del G7 también condenaron la violencia en Sudán durante su reunión en Canadá. La crisis ha provocado un desplazamiento masivo, con miles de refugiados huyendo a países vecinos como Chad, donde los campamentos han llegado a su límite de capacidad.

A pesar de una propuesta de alto al fuego presentada por Estados Unidos, aceptada por las FAR pero no por el gobierno militar, la guerra continúa sin una solución a la vista.