El Gobierno de Estados Unidos ha intensificado su presencia militar en el mar Caribe, generando una escalada de tensión con Venezuela y provocando reacciones de potencias internacionales y aliados regionales. Esta situación redefine el tablero geopolítico en el hemisferio occidental, con implicaciones directas para la estabilidad y las alianzas en la región. La Administración Trump anunció la operación “Lanza del Sur” (“Southern Spear”), descrita por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, como una misión para “expulsar a los narcoterroristas del hemisferio occidental”. Este despliegue, calificado como sin precedentes desde la invasión de Panamá en 1989, incluye el portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo, junto a ocho buques de guerra, un submarino nuclear y aviones F-35. Según un memorando del Departamento de Justicia, los ataques a embarcaciones sospechosas de narcotráfico se basan en afirmaciones del presidente Trump y son considerados parte de sus facultades bélicas. En respuesta, el presidente venezolano Nicolás Maduro activó la ley de “Comandos de Defensa Integral” y ordenó un despliegue “masivo” de medios terrestres, aéreos, navales y misilísticos, preparando al país para una posible “lucha armada”.
Rusia ha expresado su preocupación, instando a Washington a no tomar medidas que desestabilicen Venezuela.
El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, pidió que las acciones se ajusten al derecho internacional.
La escalada ha fracturado alianzas clave para EE.
UU. Colombia y el Reino Unido suspendieron la cooperación de inteligencia con Washington, y Francia expresó su preocupación por los bombardeos, que según informes han causado la muerte de más de 76 personas. Por su parte, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, aseguró que su país no colaborará en ningún “acto hostil contra Venezuela” a pesar de los entrenamientos militares conjuntos con EE.
UU.
Esta pérdida de apoyo de aliados tradicionales parece fortalecer la posición de Maduro en la región.
En resumenLa operación militar 'Lanza del Sur' de Estados Unidos en el Caribe ha provocado una respuesta militar de Venezuela y alertas de Rusia. La acción unilateral de Washington ha generado fisuras con aliados clave como Colombia, el Reino Unido y Francia, alterando el equilibrio geopolítico regional.