Justificó la decisión argumentando que su gobierno debe actuar “en igualdad de condiciones”, ya que, según él, otros países están realizando ensayos similares. Esta medida rompería una moratoria de facto sobre las pruebas nucleares que ha estado en vigor durante más de tres décadas. En una rápida respuesta, el presidente ruso, Vladímir Putin, encargó a su gobierno que estudiara la conveniencia de reanudar los ensayos nucleares si Estados Unidos da el primer paso. El Kremlin planteó la elaboración de propuestas coordinadas para el inicio de pruebas si Washington avanza en esa dirección. Expertos han advertido que esta retórica y la falta de coherencia en la política de Trump podrían salirse de control, abriendo el camino a un “retroceso histórico” y una peligrosa carrera armamentista. En este contexto, Estados Unidos realizó una prueba de un misil balístico intercontinental Minuteman III, aunque desarmado, desde la costa de California.