En consonancia con los acuerdos alcanzados entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el presidente chino, Xi Jinping, China activó una tregua comercial.

Entre las medidas implementadas se incluye la suspensión durante un año de las tasas portuarias a los buques vinculados a EE. UU. y la eliminación de la prohibición de exportar metales estratégicos. Además, Pekín suspenderá nuevos aranceles a bienes estadounidenses y levantará gravámenes de hasta el 15 % sobre productos agrícolas clave como la soja. A cambio, Estados Unidos ha reducido formalmente al 10 % los aranceles sobre el fentanilo importado de China.

Aunque Pekín mantendrá un gravamen adicional del 10 % sobre ciertos bienes no especificados, estas acciones marcan un gesto conciliador importante y un respiro en la guerra comercial que ha afectado la economía global.

Académicos y militares retirados chinos, citados en los artículos, perciben que un mundo multipolar beneficia a China, pero estas medidas sugieren una voluntad mutua de manejar las vulnerabilidades y evitar una escalada mayor.