Esta retórica ha sido condenada por el papa León XIV, quien criticó la violencia y llamó al diálogo.

Aunque Trump ha afirmado que los días de Maduro "están contados" y que una guerra es improbable, no ha descartado una operación terrestre, y el Senado de EE.

UU. ha pedido frenar cualquier acción militar sin su aval.

Paralelamente, Washington evalúa ofrecer amnistía y exilio a Maduro si deja el poder y ha rescindido el Estatus de Protección Temporal (TPS) para cientos de miles de venezolanos.

Rusia ha reafirmado su apoyo militar y diplomático a Caracas, advirtiendo a EE.

UU. que una agresión agravará la crisis. La situación ha dividido a la región: mientras la líder opositora María Corina Machado respalda las acciones de Trump, presidentes como Lula da Silva de Brasil han criticado el despliegue y planean discutirlo en la cumbre CELAC-UE.