Será la primera vez que un jefe de Estado sirio realiza una visita oficial a la Casa Blanca, y la primera participación de un presidente sirio en la Asamblea General de la ONU desde 1967. La agenda del encuentro es de alta importancia estratégica e incluye la discusión sobre las sanciones internacionales restantes, la reconstrucción de Damasco, las relaciones con Israel y la lucha conjunta contra el grupo yihadista Estado Islámico. Este acercamiento representa un cambio drástico en la política de Washington hacia Siria y podría tener profundas implicaciones para el equilibrio de poder en la región, afectando las relaciones con actores como Irán, Rusia e Israel.