La defensa ucraniana se ve complicada por la superioridad numérica y tecnológica rusa, que emplea drones y bombas guiadas lanzadas desde larga distancia. Paralelamente, Rusia ha intensificado sus ataques con drones y misiles contra la red energética ucraniana, provocando cortes de electricidad en múltiples regiones, incluida la capital, Kiev. Esta táctica busca mermar la capacidad de resistencia del país y afectar a la población civil.

En respuesta, Ucrania ha asegurado un acuerdo para importar 300 millones de metros cúbicos de gas para el invierno y ha atacado refinerías en territorio ruso. La comunidad internacional ha reaccionado con un mayor apoyo a Kiev; Alemania anunció un récord de asistencia militar de 13.200 millones de dólares para 2026, y la Unión Europea ha endurecido los requisitos de visado para ciudadanos rusos ante el temor de sabotajes.