El 'shutdown' ha dejado a miles de empleados federales suspendidos o trabajando sin salario, incluyendo a 13.000 controladores aéreos y 50.000 agentes de seguridad. La creciente fatiga y escasez de personal en la Administración Federal de Aviación (FAA) ha obligado a reducir el tráfico aéreo en un 10 % en 40 de los principales aeropuertos del país a partir del 7 de noviembre, lo que podría significar la cancelación de hasta 1.800 vuelos diarios. Esta situación ha generado advertencias sobre un posible “caos en los aeropuertos” si el cierre se prolonga.

Además, la crisis ha puesto en riesgo la ayuda alimentaria del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), del que dependen 42 millones de estadounidenses. La administración Trump informó que los beneficios se reducirían a la mitad en noviembre, aunque una orden judicial posterior exigió mantener la ayuda. El presidente Trump ha culpado a los demócratas y al “filibusterismo” en el Senado por la parálisis, y ha atribuido las recientes derrotas electorales de su partido al impacto negativo del cierre. Por su parte, los líderes demócratas han solicitado una reunión con el mandatario para buscar una solución y poner fin a la crisis.