Testigos que lograron huir describen un escenario de terror, con cuerpos sin enterrar en los caminos. La Misión de Investigación de la ONU ha condenado las “atrocidades masivas” y la Corte Penal Internacional ha advertido que los crímenes cometidos podrían constituir crímenes de guerra y de lesa humanidad. La crisis ha desplazado a más de 65.000 personas solo de Al-Fashir, agravando una situación de hambruna que ya se ha asentado en la región y en Kordofán del Sur.

En un intento por mediar, Estados Unidos, Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos propusieron una tregua humanitaria, la cual fue aceptada por las FAR.

Sin embargo, persisten las dudas sobre la efectividad de las investigaciones internas del grupo paramilitar, a pesar de la detención de un comandante acusado de liderar la masacre.