Una nueva carrera armamentista nuclear parece inminente después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenara la reanudación de las pruebas con armas atómicas. La medida provocó una rápida respuesta de Rusia, que ha instruido a su gobierno a prepararse para acciones similares, reviviendo temores de la Guerra Fría. El presidente Trump justificó su decisión alegando que otros países ya están realizando ensayos y que Estados Unidos debe actuar “en igualdad de condiciones”. En un anuncio en su red social Truth, afirmó que su país “posee más armas nucleares que cualquier otro país”, aunque organismos internacionales de control de armamento sitúan a Rusia con un arsenal mayor. La orden de Trump fue recibida con preocupación a nivel global, vista como un paso hacia la escalada de tensiones.
En respuesta directa, el presidente ruso, Vladímir Putin, encargó a su equipo que presente propuestas para reanudar los ensayos nucleares si Estados Unidos procede.
El Kremlin calificó el anuncio estadounidense como un punto de inflexión en las tensiones nucleares globales y una amenaza a la “estabilidad estratégica”. A pesar de la escalada retórica, Trump ha abierto la puerta al diálogo con China y Rusia, sugiriendo que podría haber un espacio para la negociación en medio de la creciente confrontación. Sin embargo, la posibilidad de que las dos mayores potencias nucleares reanuden las pruebas por primera vez en más de tres décadas ha encendido las alarmas de la comunidad internacional.
En resumenLas declaraciones y órdenes de Estados Unidos y Rusia para reanudar las pruebas nucleares marcan una peligrosa escalada en la tensión global, amenazando con deshacer décadas de esfuerzos de no proliferación. Aunque se ha mencionado la posibilidad de un diálogo, la retórica confrontacional revive el espectro de una carrera armamentista nuclear.