El tifón Kalmaegi ha causado una devastación masiva en Filipinas, dejando un saldo de al menos 140 muertos y cientos de miles de desplazados. La tormenta, una de las más poderosas de la temporada, ahora se dirige hacia Vietnam, donde las autoridades se preparan para su impacto. Con vientos de hasta 175 km/h, Kalmaegi provocó inundaciones severas y flujos de lodo volcánico, arrasando comunidades enteras, especialmente en la provincia de Cebú. Las imágenes muestran una destrucción generalizada, con residentes buscando entre los escombros de sus hogares.
Ha surgido una fuerte crítica contra el gobierno filipino por la presunta falta de alertas oportunas que advirtieran a la población del peligro inminente.
El presidente Ferdinand Marcos Jr.
ha declarado el estado de calamidad nacional para facilitar las labores de rescate y ayuda. Filipinas, que sufre un promedio de veinte tifones al año, enfrenta una temporada particularmente activa, y los científicos advierten que el cambio climático está intensificando la fuerza de estas tormentas. Mientras tanto, Vietnam se prepara para recibir al ciclón tropical, con previsiones de olas de hasta ocho metros, lo que aumenta la preocupación por posibles daños en su costa.
En resumenEl tifón Kalmaegi ha dejado un rastro de muerte y destrucción en Filipinas, evidenciando la vulnerabilidad del país a fenómenos climáticos extremos y generando críticas sobre la gestión de desastres. La tormenta ahora representa una amenaza inminente para Vietnam, subrayando la creciente intensidad de los tifones en la región.