Por su parte, Kiev ha respondido atacando objetivos energéticos y militares en los territorios ocupados.
El epicentro de los combates se sitúa en Pokrovsk, un nudo de comunicaciones vital en la cuenca del río Donetsk.
Las fuerzas ucranianas libran una lucha “desesperada” por mantener un corredor cada vez más estrecho frente a la superioridad numérica y tecnológica rusa, que emplea drones y bombas guiadas lanzadas desde decenas de kilómetros.
La situación en la ciudad es descrita como “al borde de ser crítica”.
En este contexto, el apoyo internacional a Ucrania sigue siendo fundamental.
Alemania ha anunciado un plan para incrementar su ayuda militar, mientras que los países del norte de Europa y del mar Báltico han firmado un acuerdo de cooperación militar con Kiev para reforzar sus capacidades defensivas. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, visitó a las tropas cerca de Pokrovsk para evaluar la situación y reafirmar el compromiso de su gobierno con la defensa del territorio, a pesar de la enorme presión que ejerce la ofensiva rusa.













