Los daños materiales se estiman en hasta 52 mil millones de dólares. En Cuba, el huracán impactó como categoría 3, obligando a la evacuación de más de 700,000 personas y causando graves inundaciones y daños en la infraestructura. La magnitud de la catástrofe ha superado la capacidad de respuesta de los países afectados, lo que ha desencadenado un esfuerzo de ayuda internacional. Organizaciones como la ONU y la Unión Europea, junto con países como Estados Unidos y Colombia, han comenzado a enviar suministros y asistencia.

Colombia, por ejemplo, ha despachado más de 246 toneladas de ayuda humanitaria, incluyendo alimentos, agua y combustible, a Cuba y Jamaica desde la Base Naval de Cartagena. La recuperación se anticipa lenta y costosa, con las economías locales, ya frágiles, enfrentando un “yugo” que las afectará por años, según funcionarios de la ONU.